martes, 9 de enero de 2007

LA NAVIDAD, LOS REYES Y LAS FALLAS
El único periodo de tiempo en que dejaba de pensar, proyectar y dibujar fallas era el que iba de finales de octubre a mediados de enero; toda mi obsesión fallera pasaba a un segundo plano siendo sustituida, por otra pasión, que duró, sobretodo, durante mi infancia: la navidad y todo lo que esta festividad conlleva y, concretamente, la construcción de belenes y nacimientos. La evolución fue progresiva, al principio los componía con las figuritas típicas de belén hechas de barro (alguna hubo también de plástico ya que entonces empezaron a introducirse) y, poco a poco, fui integrando mi habilidad en el modelado de la plastilina hasta llegar a realizar un belén completo con esta técnica, llegando a obtener el primer premio de todo mi colegio, mi record, hasta entonces, era sólo el de mi clase. No recuerdo muy bien en que consistían los premios, lo que si conserva todavía mi madre son los diplomas que acreditaban dicho galardón y alguno hasta enmarcado, para mí no suponía una sensación de ser el mejor, sólo quería comprar más "paste" y continuar modelando, era mi diversión. Pronto me hice un experto "belenista" y no había objeto en el que no pudiera acoplar, en su interior, un nacimiento: pucheros, macetas, botijos (tendencia muy de moda en aquella época). Amigos y conocidos me los encargaban y eso me mantenía muy atareado. También, al margen del montaje de belenes, dibujaba felicitaciones navideñas queriendo emular a Ferrándiz que era mi ídolo durante aquellos días y me dedicaba, con esmero, a decorar el comedor de mi casa con todo tipo de motivos navideños que o bien compraba o hacía yo mismo. La banda sonora de mis navidades, supongo que como la de la mayoría, serían los villancicos pero no lo recuerdo, nunca me gustaron los villancicos (sobretodo El pequeño tamborilero, cantado por Raphael) y menos cantarlos; sin embargo, existe un retroflash sonoro navideño, dentro de mi coco, que suena a My sweet Lord de George Harrison y también a canciones de los Beatles, pero del principio de su etapa beat, supongo que, esto último, debido a aquel primer Ep que tuve de este grupo que fue un regalo de Reyes de mi hermana que aún conservo como un gran tesoro en mi vitrina.
El gran subidón, después de la Navidad, llegaba con los preparativos de Reyes, entregaba, en mano, la carta dirigida a SS.MM. y, hasta que llegaba ese día, vivía en una constante desazón. Por entonces El Corte Inglés no existía y los almacenes más importantes que funcionaban eran El Siglo Valenciano que instalaba un belén gigante en sus escaparates que era de visita obligada, Lanas Aragón y Galerías Todo, el más moderno y su logotipo me gustaba mucho: era una niña que jugaba con un aro que formaba la "o" de todo, tenía varias plantas y me parece que tenía escalera mecánica. Entonces la televisión no tenía la influencia que hoy tiene, emitía publicidad, por supuesto, pero existía otra manera de ver e informarse: ir a ver escaparates!!! algo que me sigue gustando hacer y hoy veo que no se hace tanto, supongo que se debe a la falta de tiempo. Con los regalos que me traían los Reyes, en los que siempre se incluían pinturas, plastilina y cuadernos para colorear, me dedicaba a jugar, de manera intensa, durante el mes de enero pero, hacia finales de mes, con el ruido de los petardos de las primeras presentaciones falleras de mi barrio, empezaba, de nuevo, la obsesión; releía las revistas falleras de años anteriores y la gran curiosidad de como serían las fallas de ese nuevo año se veía calmada al conseguir un calendario de bolsillo, que editaba la falla de Na Jordana, con el boceto de su próxima falla y, sobretodo, cuando el periódico Las Provincias sacaba en su portada una sección que repetía año tras año, si no recuerdo mal, se titulaba "Las fallas en los talleres" y recogía las imágenes inéditas de las próximas fallas. Todo este ritual tenía su punto álgido con la compra de la revista El Coet que, de forma religiosa, aparecía el día 28 de febrero, pero esto forma parte ya de otro capítulo.

miércoles, 3 de enero de 2007

BYE BYE 2006
Hacer balance de todo un año, para mí es complicado, pasan tantas cosas en 365 días que seguro me olvido de algunas. Este año ha sido un buen año, año de cambios y de mucho trabajo, he descansado poco pero, por fín, después de casi 10 años me he tomado unas pequeñas vacaciones, con viaje incluido al País Vasco, que me han servido para comprobar que los vascos forman, realmente, otro país porque se sienten diferentes (yo tuve la sensación de estar en el extranjero), al margen de lo que se podría llamar el sentimiento español. Conflictos políticos aparte, el viaje me pareció sensacional debido a sus paisajes, la construcción, tan diferente de la de esta Comunidad. Estuvimos en Lekeitio, en un hotel muy acogedor y desde allí visitamos Bilbao y San Sebas, ésta última con un encanto muy "pijo". En fín, me relajó mucho el viaje, no soy una persona que le guste el tema del traslado de aquí para allá, me agobia el movimiento y los viajes los disfruto más después rememorando, rarito que es uno. Respecto a la profesión, ha sido un buen año con una plantá excelente (acabé más pronto que ningún año y me dió tiempo de echar una manita a Sergio), con una recuperación casi mágica, al día siguiente no estaba cansado. Los premios, pues.... lo de siempre, absurdos, pero no me preocupan siempre que la comisión sea cómplice: no hay mejor recompensa que una comisión que no ha obtenido premio insista en volver a contratarte, porque quedaron contentos con mi trabajo y disgustados con el veredicto del jurado. Un premio que me hizo mucha ilusión recibir fué el del concurso a la falla que mejor abordara el tema del espacio, además tenía una buena dotación económica si la comparamos con los otros premios. Una de las fallas que más me impactó este año fué la Falla de la Pza. de España, dedicada a la República, de García Nadal y, en concreto, el ninot que representaba la figura de Franco. En mayo dejé, definitivamente, el antiguo taller del Carmen, ya estaba harto de tanta suciedad!! (me ha venido muy bien el cambio); sigo estando bastante cerca de casa, para mí es una cosa muy importante, en el taller entra la luz y, salvo el inconveniente de tener que tapar unos respiraderos para evitar problemas con la comunidad de vecinos, no he tenido ningún problema. A mediados de mayo empecé la hoguera infantil para Alicante y antes del 20 de Junio estaba acabada, este año no les dieron premio pero estaban muy contentos con el del mejor ninot de la sección (yo también). Todo julio lo dediqué a la realización de bocetos, más o menos uno por semana, y firmé los contratos (cinco, los mismos del año anterior) y en agosto inauguré el taller ambulante, me trasladé, con mis abalorios, a Benicarló, a casa de G-sús y, en el segundo piso, empecé a tallar. He trabajado muy a gusto. He estado muy enclaustrado pero, en el salón, entra mucha luz y el sol. Después de Reyes cerraré la sucursal y me bajaré a Valencia para trabajar los centros y los muñecos para la exposición del ninot y señoras y señores: comienza el espectáculo... en un no res estarem en falles!! Al margen de la construcción de fallas he realizado, a lo largo del año, algunas ilustraciones, portadas y he ejercido de profe, dando un curso de como hacer fallas, en el CEFIRE de Xàtiva, me resultó muy gratificante compartir conocimientos y comprobar que hay gente muy receptiva, con mucha capacidad para realizar cosas increíbles en muy poco tiempo. En el curso hicimos una mini falla con un resultado excelente que quemamos en el patio en los últimos días de octubre (falles tot l'any). Mientras estaba trabajando, como es habitual en mí, tenía puesta Radio 3 y, además, he escuchado mucha, mucha música, aunque de una manera muy desordenada. He descubierto que ahorras muchos Cd's grabando en mp3 pero me desespera no localizar rápido las canciones, 20 canciones en un cd las controlo pero 80, 90 o 100 no. Además sigo pensando que el mp3 contribuye a que la música se convierta en anónima: al final no sabes qué o de quién es lo que estás escuchando, aparte su sonido es pobre en matices; no entiendo como hay gente que sólo escucha la música que se baja de internet, sin libreto ni créditos ni buena impresión y, a veces, los títulos y el contenido nada tienen que ver. Pienso que el e-mule está bien para indagar y encontrar cosas, pero no hay nada como un cd original o que te regalen un vinilo. Gracias al e-mule he recuperado cosas, como la YMO, un grupo del que solo tenía un disco y muchas ganas de oír toda su discografía, me encanta el tecno pop japo. ROEDELIUS: no sabía que, siendo contemporáneo de Krafwerk, está considerado como uno de los padres de la electrónica y, mi gran sorpresa, ha sido descubrir a TELEX, un grupo tecno franco-belga que incluso fueron a Eurovisión, tiene grandes influencias de Krafwerk pero son más disco y acaban de sacar nuevos temas. El disco de los PET SHOP BOYS "Fundamental" no estuvo mal, mejor que otros pero, después de tantos años, inevitablemente, más de lo mismo; me gustó mucho el concierto que dieron en el Palau de les Arts, el mejor que he visto de ellos, hasta ahora, sobre todo la parodia militar con el tema I'm with a stupid rajando de Blair y de Bush y la apoteosis marica con Go west, también he comprado su disco "Concrete" que recoge una actuación en directo en el Mermaid Theatre acompañados por Orquesta de la BBC dirigida por Trevorn Horn y me ha decepcionado un poco el sonido, me lo imaginaba como más arrollador. También he descubierto este año que me gusta el COLUMPIO ASESINO con su inclasificable música, que, CLAP YOUR HANDS SAY YEA no es lo que me esperaba y que del disco de NAWA, como siempre, me gustan mucho tres canciones, que su pose me parece bastante impresentable y que, como actriz, su dicción deja mucho que desear. De FANGORIA pues, cada vez, soy menos fan, los veo muy profesionales en directo pero, el último disco, me parece el más flojo de toda su producción, las letras no me dicen nada, incluso el diseño de la portada es de inferior calidad (ya no han contado con Aramburu, del que soy gran adicto), como final decir que el cd de "Cómo se hizo..." me ha resultado lo mejor. Bueno, de todas formas, espero el resumen anual de RockdeLux para darme cuenta de que, la mayoría de veces, no coincido con sus clasificaciones y aprender oyendo sus recopilaciones y, si me gusta alguna de sus canciones, intentar conseguirlas. Me alegró que Álvaro Pombo ganara el Planeta, lo poco que he leído de él siempre me ha gustado lo que cuenta y como lo cuenta (tengo su "contra natura" por leer) y su pinta de abuelo cascarrabias, cuando esté menos ocupado leeré sus libros. Si estoy hiperactivo sólo leo magacines y revistas porque con la literatura necesito mayor concentración, si no, no me entero de nada. Yendo de compras navideñas conseguí un libro-cuento ilustrado que buscaba desde hace tiempo y, a base de indirectas, me lo regalaron, se titula "el día que cambié a mi padre por dos peces de colores" de Neil Gaiman y Dave McKean, no paro de ojearlo, me encantan sus ilustraciones, con una técnica tan pictórica-texturista-guarra, y la historia es de lo más disparatada. En cuanto a pelis, ha sido un año sin mucho ir al cine, reconozco que la comodidad del dvd casero me ha cautivado, prefiero repanchingarme en el sofá y ver los títulos que me apetezcan. Tengo pendiente ver Cars que, la generosidad de Papá Noel, ha puesto a mi alcance. Ya hace años pensé hacer una falla toda de coches y me quedé un poco chafado cuando salió la peli pero, no me importa, cuando pase el tiempo y si me apetece, igual retomo el tema y proyecto algo al respecto. Y así acabo el extracto 06, seguro que se me han olvidado un montón de cosas por poner pero, si me extiendo, esto se convertiría en el megarrollo del abuelo Cebolleta, así que, con esto, vamos listos y como decía Chic: Good Times para el 07.
Franco de García Nadal

martes, 2 de enero de 2007

PLASTILINA BOY
Cuando era estudiante de primero o segundo de primaria me sucedió algo que marcaría el resto de mis días. Doña Teresita, mi profesora, un buen día nos obsequió con un nuevo material importado de los EE.UU. que no había visto jamás, ella le llamó "pasta para modelar de colores" En el reparto me tocó una barra de color amarillo que, rápidamente, empecé a manipular e intentar dar forma comprobando que obtenía resultados sorprendentes. En pocos meses, me hice un habilidoso de este nuevo material, que se llamaba plastilina pero todos le llamábamos "plastelina" o "paste". Al principio, sus colores eran muy apagados, su olor era bastante penetrante y las manos, después de trabajarla, se quedaban muy engrasadas. También comprobé que si mezclabas varios colores la pasta se hacía gris que, cuando conseguí más técnica, la usaba de relleno, para ahorrar. Cuando cambié de curso y pasé a la clase de don Froilán fué como un sueño. Este profesor se quedó sorprendido de como yo, tan menudo, era capaz de crear un mundo en tan solo unos minutos. De vez en cuando me utilizaba como ejemplo y yo tenía que, delante de toda la clase, hacer bonitos monigotes con mi pasta mágica. Yo no entendía por qué la gente mayor se sorprendía tanto, a mí me salía natural, me lo pasaba bomba modelando y nunca le dí importancia a esta afición. Con este entretenimiento llené muchas horas de mi infancia, nunca estaba aburrido, con la plastilina era capaz de crear cualquier cosa para poder jugar, incluso los juguetes que no podía tener me los hacía de plastilina. Recuerdo que una de mis ilusiones era tener un Tiburón Citroen Payá teledirigido, como el que tenía mi amigo Ximo, como los Reyes no me lo traían, modelé un coche y le puse un gusanillo (el de los visillos) para emular el mando del auténtico coche e iba a todas partes con el, hasta que me trajeron un Mercedes, también teledirigido y que queréis que os diga, en cuestión de juguetes, un Tiburón era un Tiburón. Siempre me gustaron y me siguen gustando mucho los juguetes pero, con la plastilina, me lo pasaba muy bien además, con el tiempo, fuí depurando la técnica que yo solo conseguía a base de práctica, nunca nadie experto me dió un consejo, mi aprendizaje fué totalmente autodidacta. Cada vez adquiría más experiencia y no me conformaba con cualquier material por eso empecé a utilizar una marca de plastilina que me encantaba, por que era muy dúctil, no olía casi y tenía unos colores super chulos, se llamaba Jovi y aún existe (es la marca de plastilina por excelencia y, a veces, la sigo utilizando), el que más me gustaba era el color "carne" así no tenia que fabricarlo. Toda esta técnica aprendida sería aplicada, posteriormente, a la realización de dos temas que abarcaron el periodo de mi infancia a la adolescencia: los belenes y las fallas, pero esta es otra historia.
El Mercedes que yo tuve y el Citroen de mi amigo Ximo