jueves, 28 de diciembre de 2006

UNA DE BATIDOS
Hablando de batidos os voy a contar una historieta: Yo tendría como unos 10 o 12 años y mi hermana trabajaba en un hotel muy céntrico. A veces, me gustaba (sobretodo en verano) ir a buscarla a la salida de su trabajo y, un día, se le ocurrió llevarme a una cafetería que había frente al hotel y me sugirió que tomara un batido, para mí la palabra batido era igual a choleck, pues bien, el camarero empezó a prepararlo como si fuera un mago, introduciendo cosas y cosas dentro de un artilugio metálico, con forma de nave espacial y, cuando acabó, presionó un interruptor. La máquina empezó a hacer ruido y a vibrar, en pocos minutos apagó el artefacto y llenó un vaso de cristal enooooooorme (a mi me lo pareció), puso una pajita y lo dejó a mi alcance. Mi hermana, entonces, me dijo que lo probara añadiendo que, allí, los batidos los hacían buenísimos, con helado y sirope y seguro me iba a gustar. Bueno!!!, bueno!!!, bueno!!!, sentí una sensación que no había experimentado hasta entonces; ahora, sabía la diferencia que existía entre mi batido habitual y los que había visto que se tomaban en las pelis americanas. Desde entonces me gustan este tipo de batidos, no los tomo con frecuencia pero, cuando necesito un retorno al pasado gustativo, pido uno. Mi favorito sigue siendo el de vainilla y, en los VIPS, los hacen bastante aceptables.

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